“Tato” Young y el misterioso mundo de los servicios de inteligencia

martes 18 de febrero de 2020.
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El periodista Gerardo “Tato” Young presentó en Mar del Plata su último libro, Los horribles, con el que alumbra el oscuro mundo de los operadores judiciales y políticos. “Tenía que contar la historia del engranaje, de los hilos conductores de esos sectores de los traficantes de información”, expresa.

Tato Young, en una charla con TN.com.ar, cuenta que comenzó a escribir Los horribles “por cabrón”, por estar enojado frente a un mundo en el que entre políticos y operadores tejen un doble discurso que siempre beneficia a los mismos. “Si nosotros tuviéramos que valernos de la información oficial o de la historia oficial, en la Argentina no hay chorros. Todos los políticos son honestos, porque no hay condena. Si nos valiéramos de los discursos oficiales, hay independencia de poderes. Permanentemente, vivimos en una farsa”, agrega.

Tato Young justamente llama “los horribles” a esos operadores judiciales, que tienen un pie en los servicios de inteligencia –como la SIDE– y otro pie en los despachos de empresarios, políticos y jueces para vender información, para llevar y traer.

El libro cuenta la relación del periodista con Patricio –en realidad, conformado por dos personas de la vida real–, uno de “los horribles” con el que tiene una relación de fuente. En las páginas, la relación entre periodista y fuente queda en evidencia, y se demuestra que el “horrible” nunca dice todo lo que sabe y que Tato Young no escribe todo lo que se entera tampoco.

–En el libro intercalás anécdotas tuyas de la profesión con charlas con Patricio, tu informante. ¿Por qué?

–Viendo los cambios que se vienen en el periodismo, me pareció buena idea contar la historia de los operadores atada a la historia del periodismo de los últimos años, que fue cambiando. Contar cómo es la relación nuestra con los operadores y contar la historia de la cocina del periodismo que, en general, los lectores no conocen mucho.

–¿Qué cambió en estos años?

–Hace 25 años o menos no había Internet. En el medio pasaron dos o tres generaciones que tuvieron que cambiar su forma de trabajar. Y en el medio la competencia de blogueros, los anónimos de las redes y la grieta. Creo que eso terminó por generar una locura en los medios y entre los periodistas hubo mucha gente que se dedicaba a buscar información a la carta, y eso es peligroso. Y los operadores aprovechan eso, están al acecho. Están en un momento muy propicio para ganar con eso.

–¿Te pasó caer en una operación de información?

–Un montón de veces. Me operaron mucho. En el libro cuento alguna. Patricio me engañó varias veces. Lo sigo tratando, porque es una fuente importante y me sigue engañando hoy. Cuento que terminó trabajando para el Tano Angelici, el último operador de Macri, y esta clase de personajes va mutando, se acomodan a cada tiempo. El último pescado podrido que me vendió fue una supuesta visita del juez federal Sebastián Casanello en la Quinta de Olivos para negociar con Cristina Fernández una causa. Yo lo conocía a Casanello y me parecía muy improbable, no lo llegué a escribir ni dar por seguro porque lo conocía. Lo tenía como dato posible y fue una gran mentira. Después hubo una causa, se fabricaron testigos en una operación de la SIDE. En fin…

–Pareciera que con los casos de Cabezas, AMIA y Nisman, “los horribles” quedaron más al descubierto.

–En mi recorrido, sí. Nisman me pareció la gran alegoría de todo este mundo, este problema. Es complejo porque, a falta de verdad, hay creencias; y cuando hay creencias, no hay manera de hacer periodismo, hay que hacer misas. En el caso AMIA fueron años y años de mentiras, y con Cabezas, veníamos todos los periodistas a buscar la verdad en los prostíbulos de Pepita la Pistolera en Mar del Plata, ¡y esa mujer terminó presa y, después, comiendo con Mirtha Legrand! El caso Cabezas fue el despertar, el descubrir de estos grandes farsantes que están en el poder, en el servicio de inteligencias.

–Cabezas y AMIA son de los noventa. ¿Qué representó esa década?

–A los noventa todavía no los vimos con suficiente magnitud, pero significaron el deterioro moral de la democracia argentina y ahí se pudrió todo. Ahí los espías empezaron a trabajar con los jueces, a nombrarse jueces para que protegieran a políticos. Y eso no cambió, se perfeccionó. Durante el kirchnerismo, fue muy impresionante. En Tribunales no entraban las balas, todos trabajaban para la SIDE, y la SIDE tenía como misión proteger al Gobierno de cualquier denuncia por corrupción. Después vino Macri con la promesa de acabar con todo ese sistema corrupto, y no lo hizo. Y ahora viene Alberto Fernández y lo primero que hizo fue decir que acabaría con eso, y no lo va a hacer. El poder fabricó un monstruo del que no puede deshacerse, es víctima.

–¿Por qué?

–Tiene que ver con la anemia que hay en la Argentina, esa falta de apego a las normas. El personaje principal de mi libro es fanático de los Western, y yo uso esa imagen, la ley de los pistoleros que funcionaba porque todavía no había sheriff y los primeros sheriffs eran medio pistoleros también. Y la pistola se termina cuando llega la ley. Y nosotros estamos en una democracia donde todavía no llegó la ley. Funcionan los arreglos debajo de la mesa acá.

–¿Cómo poder confiar en que el mundo “operado” por esta gente puede cambiar?

–Estos tipos están hace mil años; antes nadie hablaba, nadie los conocía. Hoy el desprestigio de la Justicia Federal es escandaloso y el de los medios también, y tiene que ver con esto. La gente lee, sabe leer, no es tonta. Pero es un proceso, estamos en eso y puede llevar mucho tiempo. A quienes se dedicaron a esto les ha ido muy bien; fijate que no importa cómo entran los políticos, importa cómo se van: millonarios. Y eso hoy no es gratuito. Si la clase política no se da cuenta, esto puede terminar como en Chile. En algún momento, la gente se va a cansar, el desprestigio es muy masivo. Estamos en camino de cambiar esto.

–¿Cómo elegís qué información usar? ¿Cómo usar información obtenida de manera ilegal?

–He usado esa información, pero no en la crudeza que está producida y no toda. Información de la vida íntima no uso, nunca. Pero sí he usado información de alguna filtración de mails para otras investigaciones. Lo que no hay que hacer es publicar escuchas ilegales, correos ilegales. Eso no hay que mostrar, es un límite. El contenido no podés no usarlo.Circula mucha información. Antes circulaba más, por suerte le quitaron a la SIDE las escuchas telefónicas, antes vendían casetes, se encargaban.

–Qué oscuro.

–Por eso hay que iluminarlo un poco, pero te quedás corto siempre.

–¿Cómo ves el país con el cambio de Gobierno?

–Veo que son más pragmáticos que Cristina. Que están buscando un equilibrio fiscal para sostener el país y que, por ahora, a ese ajuste lo están pagando los jubilados. Todo lo demás me parece que es nada. El equilibrio fiscal no es poco, el tema es cómo hacerlo. En marzo van a anunciar la nueva jubilación como una buena noticia y mucha gente lo va a creer.

–Vos escribiste sobre Jaime Stiuso. ¿Cómo lo podrías definir?

–Stiuso es el mejor y peor espía de todos los tiempos de la Argentina. Es un profesional de la mentira, de la farsa. Era muy eficaz, tenía a todo el mundo muerto de miedo e hizo de eso una leyenda. Hizo muchas operaciones, sobre todo generó miedo y esa es una herramienta muy poderosa. La sola posibilidad de tenerlo a Jaime Stiuso de enemigo bastaba para generar su efecto. Por eso era intocable y por eso fue tan impactante cuando Cristina se pelea con él y lo echó. Yo no sabía en qué iba a terminar esa decisión y terminó en la muerte de Nisman, nada más y nada menos.

–¿Tu teléfono llegó a estar “pinchado” en algún momento?

–No me importa, pero se supone que sí. Ya no existe el pinchado permanente casi. Hay palabras, buscadores. Había muchos periodistas con el teléfono pinchado y el mío era uno de ellos. Pero era un chusmerío berreta eso.

–¡Qué fracaso si tu teléfono no estaba pinchado!

–Pero claro, había mucha gente ofendida porque no estaba. Yo inventé a Jaime Stiuso, si no me ponían a mí, rompía todo (risas).

 


Nota publicada en la web de TN el 17/02/2020, 22:14hs.
– https://tn.com.ar/sociedad/tato-young-y-el-misterioso-mundo-de-los-servicios-de-inteligencia_1035301 .

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